La importancia del hábito de la lectura, o desarrollar habilidades de comprensión lectora no solo debería concentrarse en la educación primaria o secundaria, ya que es un problema que también se ve reflejado en los profesionales o ciudadanos adultos, que no se preocupan por leer o analizar textos breves o informaciones habituales.
Resultados obtenidos por el Ministerio de Educación, mediante la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE); estudios del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés); entre otras instituciones especializadas en educación tanto nacional como internacional, han manejado conclusiones negativas en torno a las condiciones de lectura y comprensión lectora en la población peruana.
Muchos son los estudios que revelan que en el Perú, los niños y adolescentes poseen escasos niveles educativos en aspectos relacionados con la lectura, considerando que la raíz o fondo de esta deficiencia puede ser generado por situaciones de pobreza y brechas sociales. Pero cómo entender que existe un gran número de personal encargado de liderar equipos de trabajo, ejecutivos, secretarias, asistentes gerenciales, y demás profesionales que representan tanto al sector público como al privado, que no posean condiciones de comprender textos y/o contenidos, o en casos, ni siquiera leer informaciones breves, resumidas o precisas.
De acuerdo a una publicación de Andina, en la Evaluación PISA 2018, obtuvo que la comprensión lectora continúa en cifras bajas, por lo que han venido estudiando e implementando nuevas estrategias para enfrentar las debilidades que presentan los estudiantes peruanos en la lectura, considerando que no están en condiciones de comparar o contrarrestar informaciones de distintas fuentes, tienen carencia de discernir o diferenciar la veracidad de las informaciones, cuando son rumores, no saben identificar las ideas o contenidos principales en el texto.
Asimismo, se conoció que de no atacar esta deficiencia a tiempo, en la etapa escolar, seguirán extendiéndose a futuro, y eso ha quedado demostrado con una reciente evaluación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde estudiaron a personas de 15 a 65 años de edad, en el que se reflejo las fuertes deficiencias en la lectura.
Por su parte, desde el Instituto Interamericano de Alta Asesoría Empresarial, también se ha desarrollado un estudio interno sobre la carencia de la lectura o comprensión lectora de un gran número de interesados y/o participantes, -en su mayoría profesionales-, al momento de recibir o solicitar informaciones, los cuales en muchos casos, no comprenden o no leen, el contenido suministrado. Siendo alarmante la situación, tomando en cuenta la importancia que representan estos ciudadanos en el impulso y desarrollo de nuestro país.
Recomendaciones para desarrollar el hábito de la lectura
La lectura es un hábito que puede ser adquirido y/o potenciado, viene en algunos casos por motivación de padres, docentes o por interés propio, este último en edades más adultas. El leer no solo debe ser asociado con el estudio, también es un instrumento de entretenimiento, placer, conocer, ampliar nuestro vocabulario, estimular nuestro cerebro, entre otros múltiples beneficios.
Para ello, debemos cultivar las ganas de leer iniciando con algo que llame la atención y guste, para poder ser disfrutado, y continuado. Sin embargo, en el caso de que el libro te resulte muy pesado o no te motive, lo mejor es abandonarlo y buscar un nuevo texto.
- Establece tiempos de lectura: Otorga un tiempo diario para leer, que permitan generar un hábito.
- Siempre lleva contigo un libro, ya sea físico o digital: Siempre se puede presentar tiempos libres o aprovechar espacios de tiempo que puedas emplear para leer.
- Encuentra un lugar adecuado: determina un lugar en tu casa donde te puedas sentar a leer, y en el que te sientas cómodo. Si no dispones de un lugar así, intenta crearlo. Acompáñalo con un café o té.
- Desconéctate: Trata de reducir el tiempo que dedicas a navegar por Internet o a mirar televisión. En esta parte, puede resultar difícil al principio, porque son hábitos que ya tenemos fijados.
- Plantéate una meta: Realiza una lista de textos, y fíjate como por ejemplo, leer 10 libros en un año. Después, planifica una estrategia para conseguir cumplirla.
