La oratoria es un factor si se quiere decir menospreciado en el Perú, al igual que la escritura; y es que, aunque este país latinoamericano cuenta con el mejor uso de la gramática española en su habla y pronunciación, se cometen errores más comunes al hablar en público.
Pero más allá a ser un problema de los peruanos, en realidad es un asunto de latinoamericanos:
“En América Latina hay gente que habla bien y otra que lo hace mal. Es una cuestión de educación. Quienes leen, enriquecen su vocabulario, pronuncian bien las palabras, cultivan el idioma son los que mejor hablan, ya sea en Argentina, Venezuela, México o España».
Hablar bien no dice por cuántas buenas escuelas has pasado, sino que habla de la cultura de la lectura que posees; cuántos libros te has leído a lo largo de tu vida, o bien si recurres al internet en la búsqueda de respuestas y no de especulaciones.
Pero para educarnos nunca hay una edad límite, el momento es cuando TÚ LO DECIDAS, sin contar que notarás los cambios tan impresionantes que puedes obtener con tus compañeros de trabajo y demás.
Pero… ¿cuáles son esos 10 errores más comunes que tenemos al hablar?
- No saber cuál es el objetivo de tu discurso. Empiezas con un buen argumento sobre la crisis política de Latinoamérica, pero desconoces cuál es el punto al que quieres llegar con tus interlocutores.
- Las muletillas son parte de ese “miedo” a hablar ante un gran número de personas; “mmm, este, okey, ya” son parte de las palabras que no aportan a nuestro discurso y que suelen repetirse sin cesar.
- Conclusión floja. Los inicios y los finales de un discurso deben tener la mayor fuerza posible, porque son los que mantendrán toda la atención posible en el interlocutor.
- Falta de estructura. Ocurre mucho que empezamos con una idea y luego saltamos a otra, posteriormente retomamos la principal; recordemos lo importante que es mantener la introducción, el desarrollo, el nudo y la conclusión.
- No hacer contacto visual. Si no miras a tus escuchas quién te asegura que estás lográndolo.
- Poca energía. La energía con la que hablas reflejará lo importante que es lo que dices a tus escuchas.
- Mala dicción. “Dijistes, hicistes, malograstes, haigas, nadies” son algunas de las palabras que forman parten de la mala dicción. Procuremos una pronunciación correcta.
- Hablar en tonos bajos, evitando el contacto visual y con un tono de voz bajo no hará que tu discurso se escuche de manera idónea.
- De vez en cuando debe utilizarse alguna anécdota, chiste respetuoso, etc, para que pueda “romperse el hielo”.
- Pasarse del tiempo. Si tienes 45 minutos, no deben ser ni 44 ni 46, solo 45. Respeta los tiempos.