¿Qué es un fedatario público? El fedatario público cumple un rol muy importante dentro de la Administración Pública. Es el funcionario que se encarga de dar fe pública, es decir, es la cara del Estado cuando toca supervisar hechos o instrumentos, porque de esta manera podrá hacerlos legales para el sector público. Es el que certifica, mediante una firma que todo está correctamente legal.
Existen diversas maneras de ver al fedatario público, desde un punto de vista jurídico, social e institucional, aunque nunca abandona las funciones que está destinado a desempeñar. No obstante, es importante que las personas, hasta los mismos servidores públicos, conozcan sus competencias y sus alcances.
El rol del fedatario
Son diferentes los puntos de vista con los que se puede el fedatario, sin embargo, su labor y su rol dentro de las instituciones sigue siendo único. Como un servidor público que es debe contar con atributos de un perfil básico dentro de la administración pública, uno de ellos, es la discreción.
Pero hablemos de las funciones del fedatario público, lo que le corresponde hacer y hasta dónde puede llegar.
Las funciones del fedatario público parecen ser simples, aunque es un cargo que posee una responsabilidad invaluable, pues es el que se encarga de dar fe a actos jurídicos, hechos o instrumentos que requieran en el sector público, lo que implica que debe ser una persona que posea gran confianza por parte de las autoridades estatales.
De igual manera, deben ser coherentes con todas las tareas que desarrollan. Ejemplo de ello es que normalmente se les suele confundir con otros actores públicos que hacen labores similares, pero que no son lo mismo.
Requisitos
Los fedatarios, como ya hemos mencionado anteriormente, no solo deben ser servidores públicos, sino que también deben ser considerados como un personal de confianza, pues la firma del Estado, o el visto bueno de algunas actividades por parte del ente mayor las certifica es el fedatario.
Un funcionario de este tipo debe además estar capacitado para asumir estas responsabilidades, no debe poseer sanciones de ningún tipo preferiblemente, tener una conducta intachable y una inmejorable trayectoria.
Además de esto, debe ser un profesional comprometido con su trabajo, con compromiso y lealtad, que se sienta identificado con los valores que profesa el Estado y con los que, además, él mismo pueda converger.
Adicionalmente, es indispensable que siempre cuente con la disposición de aprender nuevas modalidades para su trabajo, especialmente cuando la tecnología va de la mano con la gestión gubernamental.
Socialmente moderno
En un mundo tan moderno como en el que vivimos actualmente y con el preponderante avance tecnológico todos los funcionarios públicos deben estar en disposición de modernizarse, ya que tarde o temprano es la globalización la que nos termina
arropando.
El fedatario público, hoy por hoy, es un servidor que debe mantenerse a la vanguardia, sobre todo actualmente que el sistema ha cambiado considerablemente. Hoy en día muchos trámites se han simplificado para los usuarios, colocando como válidos algunos documentos con firmas digitales, que de igual manera, cuando llegan a las instituciones respectivas entonces deben revisarse para que no pasen por alto las observaciones pertinentes.
Este funcionario puede también utilizar herramientas y procedimientos modernos y actualizados para simplificar sus labores, haciendo de ellas un ejercicio efectivo y eficaz.
Imparcialidad y verdad
A ciencia cierta actualmente desde diferentes aristas se cuestiona la transparencia de los procesos públicos, sin embargo, una vez que se elige para alguna institución un fedatario, entonces se conoce que es esa persona quien es ejemplo de imparcialidad y verdad.
El mismo funcionario está consciente de que es quien representa la fe del Estado, por tanto debe ser un jurista de gran trayectoria, con estudios calificados y que debe contar con estudios y manejo de la tecnología y la técnica de la información.
El fedatario público es y será siempre ejemplo de garantía jurídica en los actos o negocios públicos. Cumplirá con su compromiso a cabalidad y estará dispuesto a aceptar las sanciones si el órgano supervisor le encuentra alguna falta.
En estos casos debemos recordar que aprobar un documento que no esté correctamente legalizado, podría hacer que el fedatario arruine su carrera por completo.
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